viernes, 21 de enero de 2011

Risotto de alga hijiki, col salteada y ajaceite.


Es tiempo de col y además menuda col, regada con aguas limpias de la sierra de Guara, deliciosa. Y mas si la acompañamos de un buen arrocito.
La preparación es muy sencilla: empezaremos por saltear la col con un poco de cebolla o cebolleta, cuando esta dorada la glasearemos con un poco de salsa de soja o teriyaki ( salsa de soja reducida con azúcar, naranja, canela, vinagre de arroz y sake).
Para el risotto tenemos que preparar un buen caldo con muchas verduras, algas, en este caso he puesto alga hijiki por su peculiar textura y forma, semejante a un fideo,y con pimiento choricero o ñora. También un buen sofrito con cebolla, puerro y ajo.
Cuando tengamos listo el sofrito añadiremos el arroz, yo lo mido en "zarpaos" ( es lo que se suele hacer en Aragón), esta medida consiste en la capacidad que tiene una zarpa o mano una vez cerrada. Sofreímos un poco el arroz y seguidamente mojaremos con el caldo, también llamado fondo.Una parte de arroz por dos de liquido y se le añadiría un poquito mas si hiciera falta. La técnica para hacer un arroz de este estilo consiste en remover constantemente la preparación para que el arroz desprenda el almidón y ligue el caldo, de esta manera queda muy untuoso. Cuando este el arroz al punto apagamos y dejamos reposar.Justo antes de servir rectificamos de sal, y  le añadimos un poco de levadura de cerveza y un chorreton de aceite de oliva.
 Para el ajaceite que no es otra cosa que la manera en Huesca de llamar al alioli, necesitamos leche de soja, aceite de girasol, aceite de oliva, limón, ajo y sal. Y sencillamente es hacer una emulsión con estos elementos, el aceite de oliva le dará sabor así que le echaremos un poco y el resto sera de girasol para que no quede demasiado amargo.
Para terminar le puse unas tortitas de arroz cortadas a modo de costrones ,y ala!!,el resto es lo mejor..... comer y gozar.


“La buena cocina no depende de si el platillo es grande o pequeño, costoso o barato. Si uno posee el arte, entonces un trozo de apio o unas hojas de repollo pueden convertirse en delicadeces maravillosas; mientras que si no se posee el arte, todas las grandes delicadeces y rarezas de la tierra, mar o cielo no nos son útiles”. (Yuan Mei)

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